INFORMACIÓN CIUDADES / Santa Marta

 



SANTA MARTA, COLOMBIA
Información general de la ciudad

Santa Marta - Es la más antigua ciudad hispánica del país, desde la cual se adelantó la conquista del Nuevo Reino. Su emplazamiento fue escogido por la belleza y seguridad de su imponente bahía. Aunque sus méritos arquitectónicos no alcanzaron el tamaño ni la calidad de Cartagena (en realidad se trataba de un territorio pobre - casi desértico - y muy alejado de las rutas coloniales con el interior y con el Perú), cuenta con un centro histórico pequeño pero de interés, varios fuertes y algunos monumentos del período republicano.

Una vieja rivalidad anima la emulación turística entre Santa Marta y Cartagena, pero es claro que a cambio de la monumentalidad y riqueza urbanística que abundan en la segunda de las dos, Santa Marta cuenta con atractivos naturales y algunas reliquias arqueológicas que le dan una clara ventaja en esos campos: excelentes playas, mejor calidad de arenas, clima más benigno, paisajes de formidables contrastes, comunidades indígenas de fuerte personalidad, la Sierra Nevada y el tesoro de "Pueblito" y "Ciudad Perdida", dos ciudades precolombinas del mayor interés.

La Sierra, el macizo montañoso más alto del país (5.775 m., es decir, por encima de los nevados de los Andes, y sin relación alguna con ellos), coloca picos coronados de nieves perpetuas a muy corta distancia del mar tropical más tibio del mundo.

Fue el asiento principal de los Tayronas, una civilización que se desarrolló a comienzos de la era cristiana, llegando a su mejor nivel cultural entre el siglo quinto y el año mil seiscientos, cuando fueron aniquilados después de una larga lucha contra los españoles. Vivían de la pesca, de la extracción de sal marina, y de la venta de ambos productos a otros pueblos.

Generaron un alto nivel de diseño y tecnología para la construcción de poblados y caminos y explotaban intensamente terrazas de cultivo con riego artificial. Sus productos cerámicos y de orfebrería alcanzaron el mayor refinamiento, por lo cual las tumbas tayronas son objeto de una implacable acción de los guaqueros. Su mitología y el alto conocimiento de las condiciones ambientales de su territorio son materia de amplios estudios antropológicos y se recogen en muchas tradiciones actuales de koguis y arhuacos.

Media docena de ríos descienden de las alturas. Y la brisa sopla comúnmente del continente hacia el mar, al revés de lo que ocurre en casi todo el caribe colombiano, dando lugar a menor salinidad ambiental, menos mosquitos, noches más frescas. 

Santa Marta es un polo de actividad turística rodeado de tres grandes Parques Naturales; la Isla de Salamanca, al Sudoeste; el Parque de la Sierra Nevada, al Sur-oriente; y el Parque Tayrona, al Nordeste con muchos núcleos vacacionales periféricos, un poco a la manera de Río de Janeiro ( con la cual tiene, proporciones guardadas, bastantes otras analogías de espacialidad).

Los desarrollos hoteleros comienzan bastante al sur y culminan muy al norte, en un radio de unos cuarenta kilómetros. Para orientarse, conviene que usted se sitúe frente al mapa de la zona, lo cual le permitirá distinguir los siguientes sectores principales:

- el sector de "Piedra Hincada" (Puerto Galeón y vecindades), en dirección de Ciénaga, la parte más al sur; depende de playas artificiales, pequeñas;

- el conjunto de "Pozos Colorados" (entre los Hoteles Irotama al sur y el Santamar), un sector de playa longitudinal de 2.5 Kms. aproximadamente, de muy buena calidad, con buenas condiciones para esquiar. Al pié del Santamar se encuentra el Centro de Convenciones.

El "Rodadero", ya más cerca a Santa Marta (13 Kilómetros), donde está la mayor concentración hotelera, frente a una ensenada muy pintoresca y una playa excepcionalmente ancha, pero menos limpia que la de Pozos Colorados. El entorno es montañoso y desértico.

La arquitectura corresponde a un conjunto de los años sesentas y setentas en su mayoría. Con todo, el ambiente vacacional es muy animado. Hay hoteles de todos los tipos y precios hasta una categoría media-alta. Mucha más actividad recreativa que en el resto de la zona, más posibilidades de deportes náuticos y la mayor variedad de oferta alimentaria. En las afueras de la ensenada existe un viejo Acuario, que cuenta ejemplares interesantes de fauna marina.

- la ciudad misma de Santa Marta, cuya hotelería es muy anticuada, casi toda frente al malecón o Avenida de la Playa, donde se disfruta un paisaje muy bello de la bahía y de El Morro; aquí se vive un ambiente más próximo a la vida corriente de los habitantes de la zona y los servicios propios de una pequeña ciudad caribeña. Con algunos atractivos que se describen más adelante.

Taganga, pueblo de pescadores al norte de Santa Marta està en una ensenada cerrada por montañas, paisajes naturales, playas, zona desértica espinosa, fauna marina, peces diversos, buena pesca y aguas profundas y tranquilas.

La hotelería es modesta en montaje pero se destaca su gastronomía en los diferentes restaurantes ubicados en el malecón turístico donde se pueden degustar los más exquisitos platos del mar. Taganga constituye una de las más importantes estaciones de buceo del caribe colombiano.

El Parque Tayrona, inmediatamente después de Taganga (carretera en dirección a Riohacha), con una extensión de 15.000 hectáreas, de la cual son visitables los sectores de Concha y Neguanje (dos grandes ensenadas, con magníficas playas sin servicios, a las que se llega por sendas carreteras de acceso; el centro arqueológico de "Pueblito", por camino de a pié - unas cinco horas el viaje redondo -, donde es posible apreciar una de las pocas ciudades tayrona construidas en una hondonada de relleno artificial, a diferencia de las ciudades más altas, todas en filos de ladera, conformando un sistema de dominio visual y caminos controlados; y el sector norte Cañaveral-Arrecifes, la entrada más septentrional ( a unos 45 minutos de Santa Marta), donde el Inderena dispone de "ecohabs" (pequeños bohíos a imitación de los koguis, para seis o más personas, con baño), zona de camping y restaurantes, en un lugar de impresionante belleza, cómodo y a muy bajos precios.

En el sector de Arrecifes -sin duda el paraje escénicamente mejor del Parque - se ofrecen también sitios de carpa y hamacas en predios particulares.

(Conviene emplear guianza y moverse en grupos. El Parque dispone en Cañaveral de un grupo de carabineros que acompañan a los turistas a Arrecifes y Pueblito.)

Qué visitar?

La Quinta de San Pedro Alejandrino, donde murió el Libertador Bolívar en l.830, bajo la amable hospitalidad -paradojas de la historia- de un español, y al cuidado de un médico francés. Aquì se conservan recuerdos del Libertador y un Panteón a su memoria, más una Galería de arte latinoamericano expuesta en un pabellón recientemente construido en los jardines.

Merecen visitarse la Catedral, iniciada en el siglo XVI; la Casa de la Aduana, donde el Banco de la República exhibe una buena colección de piezas Tayronas en cerámica y orfebrería, de gran valor arqueológico y artístico; la Iglesia de San Francisco y el Museo del Mar. Hay un Fuerte en las vecindades de la ciudad, para cuya visita se requiere permiso de la Armada. También hay unas instalaciones de interés científico en Punta Betin, frente a la bahía, relacionadas con biología marina, buen complemento de la visita al Acuario de El Rodadero.

Alrededores de interés:

En realidad, como se dijo atrás, el interés de Santa Marta está diseminado en una amplia región, brevemente descrita. El paseo de mayor justificación en cercanías de Santa Marta es sin duda el Parque Tayrona, que puede representar desde un día completo hasta una semana. Pero hay atracción adicional en la Sierra Nevada, que merece una explicación más detallada.

Sierra Nevada-Ciudad Perdida:

La Sierra es de una extrema curiosidad científica desde el punto de vista geológico, ecológico y antropológico. De las aguas de sus ríos dependen las comunidades de Santa Marta y media docena de ciudades más, y todo el sistema agrícola y ganadero de la región, productora de banano, arroz, algodón y granos, en los departamentos del Magdalena, Cesar y La Guajira. Por lo crítico de asegurar un manejo ambiental a las tres vertientes de la Sierra, el Gobierno declaró Parque Natural una buena porción del territorio de la misma, de media altura hacia arriba. Pero además, por albergar tres grupos indígenas de mayor arraigo cultural en toda la Costa del Caribe colombiano ( Koguis, Arhuacos y Arsarios, descendientes de los Tayrona), la Sierra es también territorio de dos grandes zonas de Resguardo, sujetas a la autoridad de los nativos. 

En la Sierra hay básicamente tres programas posibles de visita, según las disponibilidades de tiempo del turista: 

La primera consiste en un ascenso motorizado a cualquiera de las poblaciones de pié de monte. Por la vía de Santa Marta, la más cercana es Minca, paseo de unas tres horas y media a cuatro, ida y vuelta (con tiempo de almorzar en una posada), en campero. Se trata de una zona cafetera de colonos antiguos, fuera del Parque y de los Resguardos.

La segunda es un plan de ascenso largo, a pié o parcialmente en mula, hasta CIUDAD PERDIDA (Buritaca 200, en lenguaje de los arqueólogos, o Teyuna, en lenguaje indígena), soberbia muestra de un emplazamiento urbano tayrona en las cabeceras del río Buritaca, a unos l.200 metros de altura s.n.m. Allí los arqueólogos colombianos han rescatado a la selva a fines de los setentas dos centenares de la terrazas originales, las calles y caminos, los sistemas de acueducto y alcantarillado de una de las muchas ciudades precolombinas de la Sierra, notablemente espectacular por el paisaje y la morfología del terreno.

Este es un programa que requiere de permiso oficial para el grupo, con guía o "baquiano" registrado, para cuya escogencia conviene consultar en la oficina regional del Inderena, de la CNT o del ICAN. Toma tres días de ascenso y dos de descenso, como mínimo, incluida una noche en el centro arqueológico. Se duerme en campamentos de paso, rústicos y estrechos (hamaca y sleeping-bag) y se está sujeto a una alimentación muy rudimentaria suministrada por el propio guía. Se debe ir bien provisto de protección contra los insectos y con impedimenta liviana. Hay dos caminos principales, que conviene combinar para ascender por uno y bajar por el otro.

El preferido por los baquianos sube por la margen del río Guachaca, atravesando la región de El Mamey (adonde se llega en vehículo por un carreteable muy deteriorado, a dos horas y media de Santa Marta). De allí parte la ruta de caminantes, que atraviesa dos pequeñísimos poblados indígenas Koguis: Mutanshi y Koskúnguena, este último casi abandonado. El final es una gran escalinata en piedra con más de dos mil escalones, por la que se entra a las ruinas. En esta ruta hay qué cruzar el río Buritaca en varias oportunidades, y ello supone precaverse del riesgo de crecientes. Es una ruta más corta pero de menor interés paisajístico y naturalista

El otro camino supone también un trecho en campero que va a Minca, y de allí a La Tagua, por una carretera en mal estado. De La Tagua parte una primera jornada muy pintoresca que cruza varias zonas de bosque húmedo y profundo, a veces de niebla, con ascensos y descensos alternados hasta llegar a "Filo Cartagena", donde hay un pequeño refugio de caminantes construido por Inderena y a cargo de la Fundación Pro-Sierra Nevada, rústico pero bastante mejor que cualquiera de los campamentos de la ruta anterior.

La segunda jornada es también pintoresca, e igualmente con varios pasos sobre ríos cristalinos de gran belleza, pero mucho más difícil; termina en "Alto de Mira", otra estación equipada para caminantes, sobre las ruinas de un asentamiento Tayrona parcialmente excavado; el tercer día es un camino muy exigente, por terreno difícil (ineludiblemente a pié), cruzando los ríos Guachaca y Buritaca. Ciudad Perdida ha sido visitable también en helicóptero, en ciertas épocas del año, lo cual se encuentra hoy en día cada vez más restringido. En cualquier caso, la meteorología de la región permite apenas unas dos horas de visita, a un costo apreciable. Son sólo 20 minutos de vuelo (cada trayecto).

El viajero debe tener en cuenta que el mérito del viaje es disfrutar del camino mismo, y ello supone fijar unas claras condiciones a los guías, quienes tienden a hacer de cada jornada una simple prueba de esfuerzo.

El tercer plan de visita, para especialistas de montaña, consiste en un ascenso hasta los picos nevados, las lagunas y el asiento de alguna de las comunidades Arhuacas (generalmente Nabusímake, bello poblado que rige los destinos del Resguardo). Para este plan se emplea una de las entradas del costado sur de la Sierra (Departamento del Cesar), programa de ocho a diez días, a pié, necesariamente auxiliado por un guía y previo aviso a la comunidad a visitar. Las largas jornadas y la altura (por encima de los 4.000 metros), exigen condiciones especiales de fortaleza. Hay que tener en cuenta además que en territorios de la Sierra distintos de Ciudad Perdida hay condiciones de inseguridad.

ADVERTENCIAS:

1. Por razones religiosas y culturales, los indígenas evitan ser fotografiados ellos mismos, sus casas y sus objetos. No insista, no les cause usted molestias, no invada su intimidad. Son una comunidad muy apacible, pero extremadamente sensible a la irrupción de extraños. Ciudad Perdida es un lugar sagrado. Simplemente cambiar una piedra de lugar causa disturbio a los nativos.

2. Pese a que la Sierra padece en ocasiones conflictos entre colonos e indígenas, y choques de otras clases entre grupos paramilitares, no suele haber dificultad ninguna para los turistas. Pero es imprescindible registrar el viaje, obtener el permiso y hacerse acompañar de personas confiables, con el visto bueno de las autoridades del Parque. No faltará quien le diga a usted que hay solo una oficina o un grupo o una empresa autorizada para la guianza. No es cierto. Hay suficientes opciones para escoger y no deje de poner usted mismo sus condiciones.

3. La comunidad indígena y la Junta de Acción Comunal de las comunidades existentes en ambas rutas de acceso (o salida), tienen un convenio de cobro de peaje por cada visitante a la zona, peaje con el cual se cubren los gastos de mantenimiento de los caminos. Normalmente este peaje está incluido en la tarifa que cobra el respectivo guía.

4. Recuerde que en Colombia es un delito excavar con intención de guaquería y también lo es intentar sacar del país cualquier pieza de valor histórico o arqueológico.

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